lunes, 8 de marzo de 2010

Dónde está la izquierda?

Por Vicente Battista



A comienzos de los años ’90, Francis Fukuyama publicó en The National Interest “El fin de la historia”, una nota en la que tenazmente afirmaba que tras el final de la Guerra Fría, y luego de la caída del socialismo real, los seres humanos íbamos a satisfacer nuestras necesidades a través de la libre economía de mercado, ya que, insistía, “la democracia liberal es el único sistema político con algún tipo de dinamismo”, y, llevado por el entusiasmo, vaticinaba que el Estado tendría una mínima injerencia, mientras que el capital privado se movería con absoluta libertad. Las ideologías iban a ser reemplazadas por la economía y los conceptos de izquierda y derecha se convertirían en cosa del pasado. Un vasto número de acólitos de Fukuyama profirieron grititos de triunfo. No obstante, la propia historia se ocupó de demostrar que de ninguna manera había terminado. El derrumbe de la propuesta neoliberal, la hecatombe política y económica que eso significó en el mundo entero, puso fin a la hipótesis del entusiasta politólogo e hizo que El Capital, de Carlos Marx, fuera best-seller durante algunos meses. El Estado no interviniente tuvo que intervenir y una vez más sacó las papas del fuego. Las nefastas consecuencias del modelo liberal aún perduran, pero esto no parece amedrentar a sus fervientes partidarios: nuevamente levantan sus banderas, las agitan con vehemencia. Por estas tierras son los que configuran ese dislate que recibe el nombre de “La Oposición”.
La derecha no abunda en figuras heroicas. Poco tiene de épico Augusto Pinochet compungido en silla de ruedas, simulando una enfermedad inexistente. Supongo que los compinches del general golpista hubiesen preferido verlo altivo y orgulloso, con su colección de medallas sobre el pecho, pero la foto que recorrió el mundo mostraba a un anciano miserable, implorando compasión en cada uno de sus gestos. Esa era la verdad y frente a esa verdad no es fácil declararse de derecha. Acaso por eso ahora eligen ser de “centroderecha”, como si el hecho de estar en el centro los hiciera menos desdeñables, más dignos.
La izquierda es pródiga en estampas prestigiosas: el cuerpo sin vida del Che sobre un piletón en La Higuera, por ejemplo, o Salvador Allende, casco en la cabeza y metralleta en mano, dispuesto a morir en la puerta de La Moneda. Las dos fotos recorrieron el mundo, con ese aval no es difícil declararse de izquierda. En un reciente reportaje, el escritor inglés Martin Amis se refirió a uno de sus últimos desvelos: los musulmanes. Dijo que “no había que dejarlos viajar, que había que limitar sus libertades y que había que registrar a todos los que tuvieran aspectos de originarios de Oriente Medio o de Pakistán”. Luego de ese dictamen no queda sino imaginar a Amis con un ejemplar de Mi lucha sobre su mesa de trabajo, leído y anotado. Nada de eso, Martin Amis proclama ser hombre de izquierda, “de izquierda racional”, dice.
Viví en España durante la transición del franquismo a la democracia. Cuando la dictadura quedó atrás, era común encontrarse con jóvenes que, alegremente, se declaraban anarquistas. No militaban en ningún partido, movimiento o cosa parecida. Resultaba divertido verlos y oírlos, con gesto adusto decían ser de izquierda, se decían anarquistas y decían estar contra esto y aquello, aunque poco tuvieran que ver con Unamuno y menos aún con Buenaventura Durruti. Estos iconoclastas fueron acertadamente delineados en los versos de una canción que entonces interpretaba Víctor Manuel: “Izquierdistas de café”, los llamó. El mote continúa vigente, al menos se puede aplicar por estas tierras. He oído de algunos artistas porteños que se dicen de izquierda y anarquistas. Desde ese venerable porte, apoyan la nueva ley de radiodifusión, el juicio y castigo a los genocidas, el fin de las AFJP y el reparto universal por hijo, pero invariablemente luego de la aprobación imponen la duda. La frase típica es “Sí, pero...” y de inmediato enumeran las fallas del Gobierno. Lo hacen con palabras solemnes y gestos patriarcales que se parecen mucho a las palabras y los gestos de esos predicadores que Biblia en mano cuestionan las cosas de la Tierra, amparados por el reino de los cielos. La sociedad anarquista es tan utópica como el reino de los cielos. Desde uno y otro sitio se puede brindar la bienaventuranza, pero en tanto el mundo sigue andando y la derecha, esa que disimula su nombre, sigilosamente avanza hacia el poder total. Antaño recurría a los cuarteles, ahora convoca a la Justicia. No olvidemos Honduras. Tampoco el Chile de Allende. Ciertos izquierdistas de entonces, con las mejores intenciones, cuestionaron su gobierno, sin advertir que con esas buenas intenciones abonaban el sangriento arribo de Pinochet. Le prestaron atención al árbol y no vieron el bosque. Mucho antes de eso, a mediados de 1946, en nuestro país se gestó una oposición similar por su extravagancia a la que hoy se proclama en las dos Cámaras. ¿Estamos repitiendo el mismo error?
Es hora de volver a llamar a las cosas por su nombre, de comprender de una vez por todas qué es la izquierda y qué es la derecha. No se trata de meras palabras para pronunciar en la mesa del café, son actitudes, modos de ver y de entender el mundo. Hoy izquierda en nuestro país significa un modelo que integra a las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, que impone el juicio y castigo a los genocidas y propone políticas de gobierno en beneficio de los que menos tienen. Derecha es el modelo inversamente opuesto, es el que contiene a la Pando y proclama el perdón a todos los asesinos de la última dictadura, es el que pretende retomar la fórmula neoliberal, con el consabido recorte del gasto público en perjuicio de los más necesitados. Es, en pocas palabras, lo que nos tocó vivir hasta los dramáticos episodios del 2001.
Las cartas están echadas, habrá que jugarlas aunque no tengamos el as de triunfo. La derecha seguirá alimentándose con señoras que son místicas un año y apocalípticas al siguiente, pero que destilan odio y rencor en todos los casos, y con señores que borran con el codo lo que minutos antes escribieron con la mano. Para la derecha y sus pactos valen los versos de aquel viejo tango que cantaba Charlo: “no te sorprendas si una noche de estas me ves pasar del brazo con quien no debo pasar”.
Sí sorprende que cierta izquierda esté colgada de ese brazo. “Ganamos por goleada”, se entusiasmó un senador conspicuo representante de la derecha. ¿cuándo comprenderán algunos honestos izquierdistas que están jugando en el equipo contrario? Tal vez va siendo tiempo de volver a poner las patas en la fuente.

lunes, 1 de marzo de 2010

Zoncera N° 12

"POLÍTICA CRIOLLA - POLÍTICA CIENTÍFICA"

El inventor de la zoncera "Política Criolla" fue Juan B. Justo.
En Prosa de hacha y tiza, bajo el título "Los novios asép­ticos de la revolución", cito una frase del profesor Silvio Frondizi que dice: "Hasta la aparición del Partido Comunista, el Socialista fue el único partido político argentino de base cien­tífica". Y comento: "Dado el éxito del Partido Socialista habrá que convenir que en la Argentina la ciencia sirve para todo menos para hacer política o que éste es un país anticientífico".
Lo último es lo que quiso expresar el maestro Justo cali­ficando como política criolla todo lo que no era científico según su parecer — y entre ello los partidos que le ganaban—; científica era la de los países cuyos partidos quería imitar don Juan B. Justo precisamente porque no tenían política crio­lla. No se le ocurrió pensar que los ingleses tenían política inglesa, los franceses francesa y los turcos turca. Lógicamente no podían tenerla criolla.
Para Juan B. Justo todo lo que venía de afuera era cien­tífico y lo que nacía adentro anticientífico, es decir criollo, que es una manera más científica de decir "aluvión zoológico" y "libros y alpargatas", o sea civilización y barbarie.
Todavía usted, paisano, oirá a algún viejo orador hablar de la "blusa del obrero". Es una expresión nacida de lo de política criolla, porque la imagen del obrero, para el "maestro", estaba dada por un sujeto con "blusa" y aquí el obrero resultó "descamisado". Ergo, éste no podía ser obrero porque el obre­ro no es tanto el trabajador manual como el tipo que usa blusa. (Bueno, no tanto los obreros, como los artesanos y pequeños burgueses que formaban el cuadro proletario inmigrante, ini­cial del "viejo y glorioso Partido Socialista").
La "blusa" de marras no era desde luego la corralera de nuestros paisanos, ni siquiera la chaqueta azul de nuestros ferroviarios. La "blusa", científicamente, es ese blusón de gran­des bolsillos que usted habrá visto, por última vez, en el cine al marido de "La mujer del panadero", que nuestros trabaja­dores se empeñan en no usar, primero, porque no son cientí­ficos, y, segundo, porque después de ver la película han ter­minado por creer que es un uniforme de cornudo.
Como en la época de la fundación del P.S. no había otros trabajadores industriales que una pequeña minoría, en su ma­yoría extranjera y más bien artesanal que obrera, el "maestro" Justo se encontró ante esta alternativa: o facilitar las condi­ciones para el desarrollo industrial que generase un proleta­riado científico, o aceptar el proletariado rural que existía, como trabajador socialista, lo cual era anticientífico. Esto último hubiera implicado hacer política criolla porque había que poner el partido al nivel histórico del criollaje para ha­cérselo accesible. La única forma de no hacer política criolla, es decir anticientífica, era limitar el desarrollo del partido al pequeño grupo que permitía hacer política científica y luego propender a la creación de condiciones para un desarrollo in­dustrial que generase trabajadores a nivel científico.
Hizo lo primero pero no lo segundo, porque para la polí­tica científica del Partido Socialista era inadmisible la protec­ción aduanera y la intervención del Estado burgués en la promoción del desarrollo industrial, porque el socialismo cien­tífico del "maestro", partía del principio científico de que ha­bía que hacer lo mismo que el socialismo de los países cien­tíficos, para los cuales la división internacional del trabajo redundaba en beneficio de sus trabajadores. En consecuencia, el "maestro" Justo fue liberal en economía, oponiéndose a la protección para mantener el bajo costo de las importaciones e impedir el desarrollo de una burguesía nacional, condición inseparable de la existencia de trabajadores industriales. Esto complacía mucho al socialismo de los países científicos que tenían interés, como los capitalistas de los países científicos, en el bajo costo de nuestras materias primas y en la importa­ción de sus manufacturas. En las Zonceras económicas se verá esto con mayor extensión.
Así, no pudo hacer socialismo con los trabajadores exis­tentes porque eran anticientíficos y se opuso a la creación de una industria que pudiera generar trabajadores científicos, porque eso hubiera sido contrariar al socialismo científico de los países donde daban las pautas científicas de los países dependientes.
De este modo, la "derecha liberal" y la "izquierda socia­lista" hacían el juego de la economía colonial en beneficio de las burguesías y los obreros de las metrópolis bajo la mirada comprensiva y estimulante de los políticos europeos viendo a la civilización en sus términos más opuestos, trabajar en contra de la barbarie criolla.
Como consecuencia de todo esto, en aquellas provincias del interior donde el desarrollo de una gran industria, vitivi­nícola y azucarera, pudo dar origen a un movimiento socialista, que efectivamente tuvo un comienzo prometedor, el socialismo se vio en la imposibilidad de progresar porque el medio obli­gaba a darle a la política características criollas que contra­riaban la ciencia política del "maestro". De tal modo Cantoni en San Juan, Lencinas en Mendoza, Bascary y Vera en Tucumán, Mateo Córdoba y Tanco en Jujuy, desplazaron a su favor las posibilidades del socialismo, aglutinando a los trabajadores en su lucha de ascenso por la simple razón de que como no eran científicos podían hacer política criolla.
En la pampa húmeda tampoco los trabajadores rurales reunían condiciones científicas y entonces el Partido Socialista intentó ser el partido de los chacareros arrendatarios que eran más científicos, pero también más clase patronal que proleta­riado. En la Capital pasó algo parecido, sobre todo cuando los movimientos de masas movilizaron a los trabajadores no científicos. Así ocurrió con el yrigoyenismo primero y con el peronismo después.
Si bien la política criolla en su origen le sirvió al "maestro" para denigrar los métodos antipopulares de la política oli­gárquica, la expresión política criolla adquirió su más alta y enfervorizada carga imprecatoria cuando las características anti­científicas de la política criolla trajeron la presencia de las masas al Estado. Tan es así que el "maestro", y después sus discípulos, para combatir la política criolla coincidieron ple­namente con la vieja oligarquía, convirtiendo al Partido So­cialista en el brazo porteño de la lucha contra la política criolla popular, de Yrigoyen y Perón.
Así la industrialización, que contrariaba el planteo eco­nómico antiproteccionista y antiestatista del Partido Socia­lista, venía a contrariarlo mucho más electoralmente al generar masas de trabajadores anticientíficos, que no se oponían, sino apoyaban la evolución burguesa del país. La lucha socialista contra la política criolla dejó de tener por objetivo la lucha contra la política criolla del pueblo, y desde entonces, el Partido Socialista limitó su destino a servir la política anti­popular. Así enfrentó primero al radicalismo y después al pe­ronismo, en lo que el cientificismo del Partido Socialista vino a coincidir con el otro partido político señalado por Silvio Frondizi como científico: el Partido Comunista. (Aquí además por consigna exterior).
Pero lo que interesa es señalar la vinculación de los ab­surdos doctrinarios del Partido Socialista con el supuesto pre­vio de civilización y barbarie, que es el que impidió al "maes­tro" y sus discípulos adecuarse a la realidad social.
El "maestro", como casi toda la izquierda de esa generación, partió desde aquella zoncera, y la expresión política criolla, no es más que una nueva calificación peyorativa de la realidad nacional. Sin este previo punto de partida peyorativo, serían imposibles de comprender estas contradicciones. Y sobre todo que sea peyorativo decir política criolla. Pero es lógico cuando la política y los intereses que se benefician son "gringos".

viernes, 19 de febrero de 2010

ALTRUISMOS

[
Por Juan Gelman



¿Quién dijo que el Fondo Monetario Internacional no es altruista, que impone más pobreza a los países pobres y les origina catástrofes económicas, que le importa más el capital que el género humano (entre otras cosas)? Pues no: acaba de dar una muestra cabal de su generosidad, su esplendidez, su largueza enviando a Haití “una ayuda de urgencia” de 114 millones de dólares. Como sucede algunas veces, conviene examinar el contenido de la palabra “ayuda” en este caso.
Se trata de un préstamo que el FMI ha decidido empezar a cobrar dentro de cinco años y medio sin que se acumulen intereses durante dicho período. Esto ya es magnanimidad. El señor Dominique StraussKahn, director general y presidente del consejo de la institución, señaló que de ese modo participa en el esfuerzo de reconstrucción del país asolado (www.imf.org, 27-1-10). Agregó que “ayudará a las autoridades (haitianas) a preparar y llevar a cabo un plan de reconstrucción y de recuperación económica a mediano plazo”. Cejas de muchos países se fruncieron: es el anuncio de un “plan de reforma estructural”, según la terminología en curso, que los castiga todavía.
El Comité para la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo (Cadtm) calificó de escandalosa “esta nueva maniobra del FMI tendiente a relegitimar su acción en Haití” (www.cadtm.org, 30-1-10). Subrayó “la responsabilidad abrumadora” del Fondo, el Banco Mundial y otros organismos financieros en la violación de los derechos humanos, la liquidación de la autosuficiencia alimentaria del pueblo haitiano y el endeudamiento aplastante y progresivo del país. Esto último empezó hace mucho.
Haití nació endeudado: para reconocer la independencia lograda en 1804, Francia obligó al país recién nacido a pagar 90 millones de francos oro como indemnización por la pérdida de sus esclavos. El pago de esta deuda le llevó a Haití más de un siglo: empezó en 1825 y terminó en 1947. En el interín, EE.UU. lo ocupó militarmente (1910-1934) y saqueó el tesoro nacional. Los dictadores que apoyó después –François Duvalier y su hijo Jean-Claude, alias Bébé Doc– obtuvieron del Banco Mundial, el FMI y el BID un préstamo tras otro que emplearon sobre todo en financiar escuadrones de la muerte, los tonton macoute primero, los Leopardos después.
La conjunción militar-político-económica de EE.UU. y las instituciones financieras ejecutaron políticas nefastas para el pueblo haitiano. Por ejemplo, le cambiaron la alimentación, como señala el Cadtm. El dumping de productos estadounidenses subvencionados arrasó prácticamente con la producción local: “Víctima de esta competencia desleal, Haití se ha convertido en una cloaca de productos agrícolas, avícolas y piscícolas de baja calidad de EE.UU.”, observa el escritor Camille Loty Malebranche (www.michelcollon.info:80, 14-1-2010). Lo sucedido con el ganado porcino local es paradigmático.
Haití contaba con 1.300.000 cabezas de cerdo negro, una variedad local vigorosa que se alimentaba de desechos y gusanos. Se alimentaba: aprovechando un brote de fiebre porcina que estalló en la República Dominicana en 1978 y la aparición de algunos –pocos– casos en Haití, EE.UU. blandió el fantasma de una amenaza inminente de contagio y logró, vía el BID, que el Bebé Doc liquidara todo ese ganado. Miles de familias se quedaron sin un recurso fácil de mantener. Se beneficiaron las empresas estadounidenses que vendieron cerdos demandantes de dieta y cuidados especiales. No fue el único golpe propinado a la producción agrícola haitiana: el FMI y el BID lograron que Bébé redujera del 30 al 10 por ciento los aranceles impuestos a la importación de arroz. El subsidiado de EE.UU. inundó la plaza provocando la migración a Puerto Príncipe de numerosos campesinos. En 1970 el país era autosuficiente en la materia.
El presidente Jean-Baptiste Aristide fue nuevamente derrocado el 29 de febrero del 2004 por no cumplir la imposición del FMI de privatizar bancos, la empresa cementera y la telefónica. El método fue simple: el FMI y el Banco Mundial instauraron un bloqueo de la “ayuda” que estaba en perfecta consonancia con el deseo del gobierno de W. Bush. Recuerda el Cadtm que el economista Jeffrey Sachs, ex asesor de los dos organismos, manifestó al respecto: “Los dirigentes estadounidenses estaban perfectamente conscientes de que el embargo de la ayuda provocaría una crisis de la balanza de pagos, el incremento abrupto de la inflación y el derrumbe del nivel de vida, lo que a su vez azuzaría la rebelión (contra Aristide)”. Un grupo paramilitar invadió Haití y se conoce el resto: prácticamente raptado por fuerzas estadounidenses, Aristide fue sacado de Haití y sólo fue repuesto a condición de cumplir el “plan de reforma estructural” del FMI, siempre espléndido, siempre generoso.

martes, 22 de diciembre de 2009

EZLN - PARA TODOS TODO.

martes, 1 de diciembre de 2009

"La verdadera inseguridad"

Algunos discuten sobre la edad de imputabilidad. Otros hablan de la
necesidad de la vuelta del servicio militar. Y otros directamente nos
tratan de inculcar la necesidad de la pena de muerte.
Sin lugar a dudas, que todas estas distorsiones de la realidad evitan,
simulan o evaden la causa real del problema.
El problema que origina la inseguridad de los que tienen es la
distribución de la riqueza de los que menos tienen. En cualquier
sistema capitalista, el derecho más protegido es el de la propiedad.
¿Por qué? Porque los ingeniosos constitucionalistas de los sistemas
capitalistas en su origen comprendieron que había que demonizar a
quien quería robar lo ajeno.
En los países imperialistas que han podido trascender sus fronteras
(España, Francia, Estados Unidos, Inglaterra), y que lograron un
bienestar mayor debido a las políticas liberales que implantaron en
los países colonizados y que les permitieron venderle sus manufacturas
y comprarle sus productos primarios, tienen menores problemas de
pobreza, debido a las menores tasas de desempleo.
Es decir, un país que se industrializó, al tener Tasas de Empleo más
alta, tiene una menor tasa de pobreza. Esto no quiere decir, que la
distribución de la riqueza sea mejor, pero una persona empleada es
menos propensa a delinquir.
Estos países deben luchar contra los inmigrantes ilegales. La paradoja
del sistema: ellos que ocuparon todos los territorios que pudieron
descubrir y enviaron millones de inmigrantes, ahora no los aceptan.
La verdadera cuestión para eliminar el flagelo de la pobreza es
recuperar los puestos de trabajo que han sido devastados por las
políticas neoliberales impuestas por la Dictadura Militar de
Videla-Martinez de Hoz hasta el gobierno democrático de De La Rúa.
Los gobiernos de Néstor y Cristina han mejorado los niveles de empleo
y su política de industrialización ha sido acertada. Todavía falta
porque como sociedad no hemos entendido que debemos priorizar la
industrialización y terminar con el debate Campo-Industria. Si
seguimos apostando a ser el Granero del Mundo como una minoritaria
parte de la sociedad privilegiada argentina quiere, mantendremos un
alto porcentaje de argentinos fuera de la mesa alimentaria. Seguirán
siendo excluidos del sistema.
Por eso, escuchar a los Biolcatti, Grondona, Miguens, Macri
interesándose por la pobreza no nos tiene que resbalar más. Ellos son
los responsables del flagelo que ahora les molesta por miedo a perder
sus propiedades.
Y cuando con total impunidad escuchamos, sentimos, miramos a personas
que opinan que otros votan por el pancho y la coca, tampoco deberíamos
escuchar a esa hipocresía como normal. Estas personas exluidas no
tienen la posibilidad y beneficios de poder pensar y opinar sobre lo
que nos pasa como argentinos. Ellos sólo piensan en poder llevar un
pedazo de comida a su familia y quedan fuera de discusión porque sólo
piensan en una necesidad básica para vivir: COMER.
Nosotros, que hemos tenido la suerte de la ruleta rusa de nacer en un
hogar no pobre, tenemos la posibidad de discutir el destino de la
pobreza, no lo hagamos con cierto pensamiento rudimentario, pacato,
lastimoso, pensando que ellos votarán por la asistencia social que
reciban. Que tranzarán con el primero que les de algo.
Si ocurre que hay alguien que se preocupa por ellos, que ojalá lo
voten así podrán algún día tener la posibilidad que tienen los que
lean este artículo o postean con tanta liviandad un artículo de un
diario, revista o link.

un abrazo militante
Diego

jueves, 19 de noviembre de 2009

LOS NADIES

jueves, 22 de octubre de 2009

SABE POR QUÉ DEFIENDO A MARADONA? POR PERSONAS COMO UD.


Por Alejandro Dolina



"Una oyente dice: 'Estimado Dolina, ¿ya no defiende más a Maradona? ¿O acaso ya no hay ningún Sargento Cruz? Vea: Ud. ayudó a alimentar al monstruo que tan bien nos hace quedar ante la prensa mundial. Cordialmente. Ingrid Hammer'.

Mi respuesta es SÍ. Yo he resuelto -después de un extravío- bancar a Maradona en esto. ¿Sabe por qué? Por personas como usted. La indignación burguesa que sucedió al exabrupto de Maradona fue totalmente patética y asqueante. Un mundo totalmente hipócrita, el mundo de la radio, donde se escucha eso mismo que Diego dijo bajo emoción violenta, pero libreteado (y en la televisión ni hablemos), ese mundo se indignó. Esos tipos se indignaron. Y esa indignación burguesa me hace ponerme inmediatamente en la vereda de enfrente.

Y lo que un tipo dijo, obnubilado por el momento, por la emoción, por su propia historia, y por su propia condición, después fue repetido ad nauseam por todos los noticieros, con subrayados, subtitulados, duplicaciones, ampliaciones y circulación por Internet, por tipos que no estaban ni obnubilados, ni en estado de emoción violenta, ni perturbados por ninguna cosa, sino que lo planearon diecinueve mil veces. Esos tipos ahora se ponen en la superioridad moral de preguntarme a mí si lo defiendo a Maradona. Bueno, sí, lo defiendo. Si es contra ustedes, lo defiendo. Lo defiendo totalmente.

Y eso de "que tan bien nos hace quedar ante la prensa mundial"... ¡Cipayos provincianos que quieren quedar bien con sus supuestos amos europeos! ¡Yo no tengo ningún interés en quedar bien ante la prensa mundial! ¡No es ésa nuestra obligación! ¿Qué tenemos que quedar bien ante nadie? ¿Ante quiénes? ¿Ante gobiernos que aniquilan a sus enemigos? ¿Ante quién tenemos que quedar bien? ¿Dónde esta la Fiscalía del Universo? ¿Dónde está la reserva moral de la Humanidad? ¿En Estados Unidos? ¿En Europa? ¡Déjeme que me muera de risa, Ingrid Hammer!

Y otra cosa: muchas veces, pero muchas, en los medios se dicen cosas muy interesantes. Yo he escuchado casi revelaciones, a veces, dichas por tipos a los que yo admiro mucho. A veces son intelectuales, como, no sé, el finado Casullo, o Dubati, o José Pablo Feinmann, tipos que realmente tienen un pensamiento interesante. Otras veces son artistas, o incluso locutores, del calibre de Larrea, o de Carrizo, tipos que por ahí dicen cosas que te hacen decir "pero mirá que bien pensó éste". Bueno, a esos NUNCA, nunca los vi duplicados en los noticieros, con subtitulados y subrayados. No los vi nunca porque a esta gente no le interesa el pensamiento ni la inteligencia, le interesa la BASURA. Y entonces Maradona dice esto y ellos lo repiten ciento diez mil veces. Eso es un asco.

Así que ¿a qué jugamos? ¿Qué es esto? ¿Qué es esto de indignarse, de enojarse y de sorprenderse? Lo dice un Senador de la Nación, y es un piola. Lo dice Maradona, y aparece todo el racismo, todo el desprecio por los pobres, aparecen los de siempre, los muchachos de siempre, a indignarse: ¡oh, la cultura! ¡Nuestro embajador! ¿Qué embajador? Es Diego Maradona, viejo. Los que tienen que ser cultos son ustedes, no él. Él tiene que dirigir la Selección de Fútbol, y si lo eligieron a él, bueno, es ése, y no Pancho Ibáñez.

Así que sí, lo defiendo a Maradona. Ante usted lo voy a defender siempre".

Gracias Alejandro por seguir aportando a LA RESISTENCIA.!!


miércoles, 7 de octubre de 2009

JORGE LANATA, TN y LA INFLUENCIA DE CONCEPTOS.

lunes, 5 de octubre de 2009

LA VIOLENCIA, LA ESCUELA Y LA FAMILIA.
Por Esteban Andrés Fernández.

La propagación de actos de violencia dentro del ámbito escolar, vuelve a poner de manifiesto un problema educativo y social que es necesario tratar en toda su dimensión debido a la multiplicidad de factores y causas: personales, sociales, político-culturales, familiares, que inciden en su manifestación..
La violencia de los chicos y jóvenes contra sus compañeros y docentes, y de padres hacia el docente, revela una falta de comprensión de elementales normas básicas de comportamiento y convivencia social y de valores axiológicos tales como tolerancia, respeto, solidaridad, compromiso, etc.
Considero, que respecto al tema en cuestión, puede analizarse desde distintas ópticas: sociales, políticas, institucionales, familiares.
Sobre este punto, existe una extensa y profusa pluralidad de análisis y conclusiones a las que se arriba según desde que perspectiva que se lo analice, lo que se torna un tanto controvertido y polémico el caso en cuestión.
A mi juicio, el primer responsable de la educación de los niños es la institución familiar.
En este sentido el Código Civil establece en su artículo 264 lo siguiente “ La patria potestad es el conjunto de deberes y derechos que corresponden a los padres sobre las personas y bienes de los hijos, para su protección y formación integral, desde la concepción de éstos y mientras sean menores de edad y no se hayan emancipado.
Por su parte, el artículo 265 reza en su parte pertinente “ ….Los hijos menores de edad están bajo la autoridad y cuidado de sus padres. Tienen éstos la obligación y el derecho de criar a sus hijos, alimentarlos y educarlos …
Debido a problemas de diversa índole principalmente sociales, políticos, económicos, culturales, principalmente agravados a partir de la década del 90: desocupación, aumento de pobreza, exclusión, que provocó situaciones de adicciones, violencia, depresión, ruptura de lazos familiares, etc con el consiguiente debilitamiento de la figura paterna, jaqueó a la institución familiar generando serios problemas originados en la instauración de una cultura de ausencia de padres, de reglas, de modelos. Ello, como dije, por las consecuencias del empobrecimiento en las relaciones familiares, y sociales.

La escuela, se enfrenta con una nueva realidad, y no cuenta con medios materiales, infraestructura, profesionales especializados para cada caso en particular, que de manera interdisciplinaria, complementen acciones que conlleven a encausar y sostener una tarea efectiva ante esta grave y dolorosa problemática sobre la cual la escuela se encuentra desbordada e indefensa.. Aquí, a mi criterio, en primer lugar, debe rescatarse y valorar el loable esfuerzo que realiza el docente, quien además de su dedicación profesional, debe salir solo, a salvaguardar el interés de los menores frente a situaciones de crisis y violencia familiar.
Por su parte, existe un elemento que suma: el medio familiar y el ambiente escolar están imbuidos por la permisividad y la idea de que los límites y sanciones por inconductas son elementos represivos que resultan incompatibles con los derechos y necesidades de los chicos.
Se trata, por lo tanto, de un complejo escenario, que no sólo da lugar a casos extremos de violencia, que algunas veces son conocidos por su trascendencia mediática, (otras veces no, se ocultan), sino también a situaciones de microviolencia cotidiana y de degradación de las relaciones entre las personas y de éstas con las instituciones, de las cuales no sólo son víctimas los niños, también los docentes, quienes están expuestos a situaciones de violencia y hostigamiento por parte de los menores y de sus familiares .
Este contexto escolar, es reciente, ya que en épocas pasadas, el docente era valorado por su rol de transmisor de conocimiento y respetado socialmente, no sucede lo mismo por estos días, en que la falta de respeto, la agresión física y verbal de sus alumnos o, como en más de una ocasión ha sucedido, de los padres, ha llevado a los docentes a un estado de temor e inestabilidad emocional que les impide volver al aula.
A mi criterio, hay que asumir que las normas y sanciones, cuando se utilizan adecuadamente dentro del margen de la razón y legalidad, son un elemento necesario para garantizar el orden y la disciplina escolar, que por otra parte deben regir dentro de una institución escolar. Debemos ser consientes que al igual que en una sociedad civil y democráctica, en el establecimiento escolar democrático, rigen normas que deben ser conocidas por la comunidad y que deben ser respetas por todos, padres, alumnos, docentes, con el claro fin de hacer más pacífica, llevadera y por lo tanto mucho más productiva la vida en las instituciones educativas.
En otro orden de ideas, es dable citar a título de ejemplo algunas normas jurídicas que tratan esta problemática, de aplicación directa dentro de la jurisdicción provincial.
En el ámbito provincial, rige la ley 12178 que establece un Programa Provincial de Prevención de Violencia Escolar en los Establecimientos Educativos.
Por su parte, la ley 26061, es una ley que consagra la Protección Integral de los derechos de los Niños, Niñas y Adolescentes.
A su vez, la ley 12967, se adhiere a la Ley Nacional de Protección de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes.
En el ámbito del ministerio de Educación, es dable tener presente la resolución nro. 00322 que aprueba las normas relativas a la organización y funcionamiento de los Servicios Zonales de Orientación Psicopedagógica y Familar,
A ello se suma que dentro de los contenidos curriculares que deben cumplir los docentes están el área denominada “ convivencia escolar”, dentro de la cual se trata el tema de la violencia.
En conclusión, la reiteración de actos de violencia en escuelas y colegios contra alumnos o docentes es un síntoma social riesgoso para los chicos y docentes.
Revela fallas en la formación de los jóvenes, de las cuales son responsables las familias y el Estado en su rol de planificador de políticas públicas. Una de las causas es la cultura de la permisividad. Es necesario asumir que las normas y sanciones son necesarias para encauzar la vida de los chicos, que éstas deben ser conocidas, reflexionadas e internalizadas por toda la Comunidad Educativa.

Gracias Esteban por colaborar con LA RESISTENCIA.



jueves, 1 de octubre de 2009

HUMOR -Telescuela Técnica Montonera interfiere la transmición de TN.




El día 25 de marzo de 2009, las 20.25 hs el Comando Tecnológico “Armando Bo” de la JP Descamisados procedió a interferir la señal emanada por el Satelite INTELSAT a través del cual transmiten su señal Canal 13, TN (Todo Negativo) y Radio Mitre, todas empresas pertenecientes al Gorilopolio CLARIN.-

La acción fue desarrollada por las TEI (Tropas Especiales de Interferencia) mediante la colocación de un artefacto (de fabricación en la Telescuela Técnica Montonera) conformado por una budinera y una percha, que orientadas con las coordenadas que nos legara el General Peron, lograron interferir la señal del Grupo Económico.-

Unas horas antes, los cipayos del gorilopolio CLARIN, comenzaban a transmitir el infame rostro de la mentira, representado en la persona de Sergio Lapegüe, minúsculo personero de la desinfromación popular, hijo del General Lapegüe, ladero de Bussi en Tucuman.

Una vez más el Ejército Descamisado demuestra que no hay barco, avión, lancha, cama, pared o satélite donde los enemigos del pueblo puedan esconderse.

Como nos enseñara el compañero y cantautor Bombita Rodríguez, no hay lugar, siquiera en el espacio sideral, donde las fuerzas del odio y la mentira puedan sentirse seguras. Su debilidad lo muestra esta operación.

Por cada infame mentira del enemigo, Cinco interferencias habremos de provocarle.-

Que Dios, Nuestro Señor, se apiade de su Señal.

¡PERÓN O MUERTE!

PATRIA O GRUPOS ECONOMICOS..

¡VIVA LA PATRIA!

LOS SATELITES SON DE PERON

JP DESCAMISADOS


Grande Peter...!

Gracias por colaborar con La Resistencia.